Solo, con todos los amores posibles:
Uno, perenne y anclado en la eternidad.
Otro que vuelve recordando un pasado
apasionado y frívolo.
Y ahora éste:
hermoso y limpio, nuevo, el de NADA
que, aunque no haya existido ni acabado,
lo es todo.
Solo, con todos los amores posibles:
Recordando los martes,
porque eran la antesala del jueves.
Jesús Moreno Álvarez
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