viernes, 3 de septiembre de 2010

Sábados Literarios de Mercedes


Afilando el Lápiz. El final

Sentada frente al escenario del tablao da un sorbo a una bebida que nada le gusta pero que ha pedido sin saber por qué. Se pregunta con desgana: ¿Qué hago yo aquí en Murcia oyendo flamenco? Extraña situación, casi onírica. El cantaor no es bueno, ni malo, ni mediocre: Sólo canta. Es un quejio hondo, auténtico, que estremece, que conmueve:


Mercedes la cordobesa

Para no ser, no fuimos

ni enemigos.


Mercedes la cordobesa

nunca tuve "na" conntigo.


Mercedes la cordobesa

Si alguna vez yo te encuentro


Mercedes la cordobesa

diré que estoy esperando


Mercedes la cordobesa...

pero no quiero que sepas,

que por ti sigo llorando.


Se oyen las palmas de algunos turistas entusiastas e ignorantes. Ante la indiferencia del resto del publico el artista se retira con los ojos húmedos, con la mirada perdida y haciendo un gesto que, más que un saludo, es una suplica patética.

Intrigada, ella le pregunta a un camarero. -Dígame ¿Quién es ese cantaor?

-No es profesional, es un pobre hombre que a veces sale a cantar el mismo fandango. Dice que la locura lo arrastra a esto. Sabe usted ¡Tiene hasta su propio nombre artístico!- Afirma el camarero con sorna.

¿Cómo se llama? -Pregunta ella.

Prudencio, " El Ojalatero"


7 comentarios:

  1. La obsesión nunca es buena y menos en el amor porque. termina haciendo daño a ambas partes.
    Original y sentido este relato.
    Un abrazo

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  2. Me encantó como resolviste el final. Y aunque como dice María José la obsesión no es buena, lo cierto es que en los tiempos que corren (y nos corren) el amor suele terminar en eso muchas más veces de las que debería. Me voy con la canción en los oídos y un poquito de pena en el alma por ese "ojalatero".cariños.

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  3. Pobre Prudencio, lo compadezco, obsesionarse de esa manera con alguien es enfermizo. En casos así, la mejor manera de demostrar el amor es renunciando a él.

    Sentido texto.

    Buen fin de semana

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  4. Muchas gracias por tu visita, Maria Jose. Estarás de acuerdo que tu comentario no es más que una generalización que no ha lugar en el caso del infortunado Prudencio ya que la protagonista desconocía los sentimientos de éste. Y ella, al enterarse, tampoco se muestra afectada; al menos eso es lo he intentado transmitir mediante un texto banal y un final divertido.
    Un afectuoso saludo,

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  5. Gracias, CAS por tu visita y por tu comentario.
    Bueno es que te encante como he resuelto el final.
    La verdad es que se aprende bastante de los comentarios, sobre de todo para captar la diferencia entre la intención del que escribe y lo que en realidad transmite. Verás, no he querido retratar un problema de obsesión, sino hacer una especie de chiste intranscendente dibujando una situación tragicómica. La canción es una "solea", un cante jondo y triste... En estos tiempos creo a nadie la da tan fuerte y si se da un caso así ¡El tipo se suicida! Las mujeres sois más fuertes.
    Cariños también para ti, creo que es una hermosa fórmula de despedida.

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  6. ARDILLA ROJA. Gracias por tu visita.
    Renunciar es un gesto sublime propio de almas limpias y de personas nobles, con carácter fuerte y alta autoestima pero, al parecer, el Prudencio que me he sacado de la chistera es un ser debil y fatalista. Lo que nadie sabe ( ahora voy a desvelar el secreto) es que el Prudencio homoxesual que ha creado Maria Jose Moreno ¡es la misma persona! Si, también es el cantaor, el "Ojalatero" ¡Tiene una doble personalidad! y a veces, en una especie de sindrome bipolar, se escapa de incognito y aparece por el tablao...
    Lo dejo, lo dejo... tengo un nudo en la garganta... la emoción...la imaginación debordante me puede.
    Adios, Ardilla. Todo lo mejor para ti.

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  7. Un buen final para la historia de Mercedes y Prudencio.
    Gracias por tu comentario en mi blog, aún me cuesta presentarme como escritora, voy a ver si me hago unas tarjetas de visita que lo ponga y de paso me lo voy creyendo. :-)
    Un abrazo

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